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GRACIAS A UN PENDEJO

Había sido un día pesado y agotador. Era jueves. Sin importar lo cansada que estaba físicamente mi cerebro permanecía electrizado por el ajetreo diario. No recuerdo ni a cuantas reuniones asistí ni a cuántos clientes visité y recibí. Esa era quizás la razón de mi prolongada energía. Mi mente había procesado demasiada información en un lapso aproximado de 7 horas y no sentía deseos de hablar más, pero necesitaba distraer la mente en algo que me desconectara del trabajo. Fui a tomarme una copa de vino durante la “hora feliz” en un bar de camino a mi departamento.

Me senté a la barra, ordené y me miré en el espejo que me quedaba de frente como parte de la decoración de aquel acogedor lugar. Escuchaba música popular de fondo a un volumen lo suficientemente alto como para no escuchar mis propios pensamientos. La música provenía de una máquina tragamonedas por lo cual no todo el tiempo se escuchaba música. Cuando nadie pagaba por una canción resaltaban las voces de los presentes y entonces todos bajaban su tono de voz.

"CON OTRO SUDOR"

Me llamaban el “ángel”. Guardaba silencio cuando escuchaba ese sobrenombre. Nunca supe si ofenderme o sentirme halagada, simplemente lo ignoraba. De boca de los hombres reconocía que era un flirteo, de las mujeres era pura envidia; pues para no inclinarme a ningún bando y darme a respetar prefería ignorarlos a ambos.

El sobrenombre nació a raíz de un desfile de modas de ropa interior de una marca muy reconocida donde las modelos eran llamadas “ángeles” porque usaban atuendos con alas y otros detalles para emularlos. Mujeres de cuerpos perfectos producto del sacrificio de no comer, deshidratarse horas antes de su exposición y ejercitarse como atletas pocos meses antes de modelar ante espectadores de todas partes del mundo… Yo me alimentaba con balance, hacía algo de ejercicio, cuidaba muy bien de mi piel, cabello, manos y pies. Me daba cariño, lo que entendía era necesario para conservarme en salud, juventud y vitalidad… Estaba consciente de mis atributos, pero no los utilizaba para escalar profesionalmente, me gusta sudar y esforzarme como cualquier individuo lindo o feo.

UNA EMERGENCIA LLAMADA DESEO

Estaba de pasadía con la familia y amigos y toqué una planta que me causó una reacción alérgica, terminé en la sala de urgencias para recibir tratamiento.

Uno de mis hermanos me llevó. Me pasaron rápido a recibir tratamiento intravenoso y mi hermano, que era muy cobarde para mirar cuando me pincharan, prefirió pasar a la sala de espera.

REINA EN LAS ALTURAS

¡El patio de mi casa daba vergüenza! Entre demasiados compromisos personales, largos días de trabajo y la ausencia de un hombre en la casa que se hiciera cargo de esas tareas, me cansé de atenderlo, lo dejé crecer ignorando el salvajismo de flora y fauna que se debe haber convertido aquel espacio. Ya sin más espera, tenía que conseguir a quien darle la tarea y pasaban los días y la maleza en mi patio seguía creciendo.

Una tarde, de regreso a la oficina observé que podaban y daban mantenimiento a los alrededores. Me le acerqué a un hombre que por espalda tenía una muralla y le pregunté: “¿Haces trabajos residenciales también?” “Sí, señora”-respondió. “Te tengo tarea”-le dije entregándole un pedazo de papel que encontré en el fondo de mi cartera donde le anoté mis datos básicos para que se comunicara conmigo.

DESTREZAS DE ELECTRICISTA vs DESTREZAS DE MUJER

En épocas de verano era casi insoportable estar en mi habitación por ser demasiado caluroso y los precios de la electricidad seguían subiendo como la espuma. Era un lujo usar el aire acondicionado así que tuve que buscar opciones… Una amiga me recomendó un abanico de techo y me recomendó dónde conseguir uno de alta calidad, eficiente y con servicio de instalación incluido. Lo consideré y visité la tienda que me recomendó para evaluar opciones.

Me recibió un vendedor y se tomó el tiempo de mostrarme la variedad que tenían disponible. Muy amablemente me ofreció también la instalación del aparato, la cual acepté por carecer del tiempo para buscar en electricista y por la urgencia que tenía en resolver mi problema.

ROCÍO MAÑANERO

Desde muy pequeña, una vez que aprendí lo que era el rocío mañanero me escapaba de la casa y salía al jardín para sentirlo sobre mi rostro y mi piel. Me renovaba, me daba energía para comenzar el día. Las pocas veces que no pude salir a disfrutarlo, decía que ese día no habría rocío porque me era fiel y no caería si no podía refrescar mi piel. El hábito de esperar el rocío cada mañana, por voluntad propia, me disciplinó a madrugar mucho. Me disfrutaba el silencio de la madrugada, todos aún dormían y yo me regocijaba desinhibida en el jardín con mi compromiso mañanero.

Los años nunca me hicieron desistir de tan placentero comienzo matutino. Me lo disfrutaba en soledad, solos el rocío y yo, jamás me interesó que alguien me acompañara a vivirlo conmigo. Era mío, era mi momento de esparcimiento, un romanticismo platónico con las sublimes salpicadas de la energía formada como batalla campal entre la humedad del aire y la frialdad del suelo y la vegetación, para mi era especial y liberador, era mi rocío.

DE AMIGO A SERVIDOR

Un conocido se convirtió en amigo; ese amigo se convirtió en servidor.

Esquiva de las relaciones comprometedoras, amante de la libertad y soltería me relacioné con Oscar. Oscar sabía que no tenía intensiones de llevar nuestra interacción a otro nivel y claramente, a raíz de un prolongado diálogo entendimos que seríamos un refugio y desahogo mutuo. Eso se resume en palabras más claras a que nos compartíamos físicamente cuando la necesidad lo apelara, pero cada cual llevaría una vida libre… Como Oscar mejor lo presentó fue diciéndome: “Cuando el agua corre por la piel se siente, pero si se trata de agarrar se escapa entre los dedos”. Decidimos ser el agua del otro, en libertad, en independencia, en complacencia; amigos con privilegios.

CITA A CIEGAS

Como víctima del exceso de trabajo me era escaso el tiempo para divertirme. Ya había perdido la cuenta de cuándo había sido la última vez que había salido a tomar unos tragos y pasar una velada intensa con un hombre. Me mortificaba mi distancia de la sociedad pero era inevitable mi encierro pues trabajaba demasiadas horas.

Había solicitado vacaciones y me fueron aprobadas rápido así que llamé a una amiga para que me arreglara una cita con cualquiera de sus amigos. “Necesito distraerme, entretenerme, pasarla bien, me hace falta salir de la rutina…”-le dije. Mi amiga era espectacular, me complacía, me mimaba. Más tarde me llamó y me preguntó: “¿Vas a estar disponible mañana en la noche?” “Seguro que sí”-le respondí. “Te llamo en un par de horas”-me dijo y nos despedimos no sin antes darle las gracias por su esfuerzo en complacerme.

EN TRES ETAPAS II (ROMANCE EN LAS CUATRO DÉCADAS)

TE RECOMIENDO LEER PRIMERO "EN TRES ETAPAS"

Después de despedirme de Vidal mis días se convirtieron en un mar  de confusiones, dudas, ansiedades, nostalgia imperante. No sabía lo que sucedería, me hacía falta, me sentía sola, vacía, incompleta…

A mitad de semana recibí un correo electrónico de él que leía: “Te extraño” Y mis actitudes cambiaron, me llené de esperanzas, ilusiones, deseos… Yo, por ser muy sencilla con poco me conformaba. ¡Su mensaje me inyectó vida!

EN TRES ETAPAS

El la incesante búsqueda por aventuras, conocer gente nueva y pasarla bien me inscribí en varias redes sociales para probar suerte. El proceso fue lento. No interesaba reconectarme con viejas amistades, no era mi propósito primordial, sólo buscar con quién entretenerme. ¿Era eso malo? Muchos lo hacen, ¿Por qué yo no?

Mi idea de buscar un amigo con derechos a través de las redes sociales era más enfocada en que eran los hombres los que más utilizaban el recurso, pero yo era desafiante y no tenía miedo de aventurar. Yo escogería, no sería escogida…

SABOR A CHOCOLATE

Tuve la dicha de nacer de piel morena, vivía orgullosa de mi color y mis raíces. No les puedo hablar con exactitud de mis orígenes pues nunca conocí a mi padre. Mi madre me contaba que él era de descendencia cubana; ella es puertorriqueña, equivalente a una mezcla de indios, africanos, españoles y a saber qué cuantas razas más traía yo en la sangre… Yo le decía a mi madre que le debía mi cabello negro, lacio y brilloso a los indios, mis voluptuosos pechos y definidas caderas a los hermanos africanos y mis labios finos a los españoles. Yo me sentía como un mosaico de razas pero orgullosa y feliz de llevar mi negrura con la frente en alto, gracias a una noche de fuego y pasión de estos dos seres a quienes llamaba padres. Uno desconocido, la otra abnegada y comprometida con la crianza y educación de su niña, con sacrificios y sola me apoyó económicamente durante toda mi carrera y gracias a ella y a mis largas noches de estudio, había llegado donde estaba.  Llevaba con orgullo mi título de Abogada y con más honra el de Directora de Fiscales en el Tribunal Superior.

SOMBRILLA DE PAPEL

“Mi querido y fiel diario: A veces pienso que algún día vas a desaparecer mis palabras por tantos pesares que te confío, pero te suplico que no me abandones…
Hoy amanecí rebelde, decidida y determinada a ser feliz. Ya me cansé de ser fea, boba, tímida, ridícula, mal vestida, pasada de moda, sin la experiencia de amar y ser amada y todavía virgen. Han sido tantos los años que vengo sufriendo la misma agonizante historia que ya me aburre; ¡tengo que cambiar!
Ya me cansé de pasar noches en soledad mirando tele hasta el amanecer por miedo a acostarme y morir por mi propia lástima. Mi corazón esta vacío porque nadie nunca me ha amado, ni yo a mi misma querido diario, ¡ni yo a mi misma!
Tengo planes, que aunque me causan temor, los voy a tener que llevar a cabo si quiero probar de aquello que llaman amor. Me voy a liberar de las ataduras de ser “vieja” e intentaré comenzar a vivir. ¿Se puede empezar a vivir después de los treinta y tantos? Yo espero que sí, creo que llegó mi turno de lanzarme a la calle en busca de aventuras, de felicidad, de vida; a la vez tengo el temor de seguir siendo ridícula y despreciada, ayúdame a transformarme, apóyame y acompáñame… cuento contigo…”
Estoy en el proceso de comenzar mi vida, dicen que nunca es tarde para vivir y ser feliz…

VENTAJAS DEL BUEN GUSTO


Me esmeré en hacer buenas ventas en el trabajo y recibí una sustancial comisión que decidí usar, entre otras cosas, para remodelar mi mobiliario.

Tenía los mismos muebles desde que estudiaba en la universidad y además de rasgados y mal olientes, eran tan viejos y pasados de moda que su destino era ir directamente a la basura, no eran dignos de ser donados, sería un insulto ofrecerlos. Con la ayuda de unos amigos los removí del departamento para hacer espacio para mis muebles nuevos. Afortunadamente vivía en un primer piso y fue fácil desahuciarlos.

VIAJE SIN RETORNO

 “Te espero mañana a las 9”- Así cerré la conversación con mi amiga Edna, quién me invitó a disfrutar de un sábado de playa entre amigos. Desconocía a la mayoría de las personas con quienes compartiría, pero me comentó que uno de los chicos estaba interesado en conocerme. Yo soltera, sin pretendientes en el panorama, acepté su invitación de buena gana.

Llevaba bastante tiempo sin compartir con caras nuevas por lo que me sentí muy entusiasmada por esta visita a la playa en grupo. “¿Quién será ese chico que me quiere conocer? ¿Qué le habrá dicho Edna de mi?”-pensé

A mis 22 años nunca había tenido un novio, ni una relación cercana a ser seria. Nunca había vivido la experiencia de estar en los brazos de un hombre. Tengo buen sentido del humor, no soy tan fea (hay más feas que yo) y soy sencilla, eso sí, hablo poco y quizás ese ha sido mi impedimento para relacionarme con chicos. Soy algo tímida, lo reconozco, pero es que como estoy algo pasadita de peso tengo temor a ser rechazada o que se burlen de mi persona. Antes de sufrir un desprecio prefiero no empeorar las cosas enamorándome de un imposible…

"NO TE QUITES LOS TACONES"

“…Y el universo conspiró… dos universos paralelos se fundieron en una sola órbita trasladándose al unísono, bailando en el espacio con libertad…”


Esperaba por mi turno en la fila del banco. Estaba repleto de clientes y la fila no avanzaba. Unos pasos atrás había un grupo de hombres hablando sin parar. Según la fila se movía el grupo de hombres quedó a mi lado, no tuve otra opción mas que asentir a todas las boberías que hablaban hasta que sentí el impulso de levantar la vista para ver a quién le pertenecía aquella potente voz que escuché entre el grupo….

¡Era mi hombre, el ser que había buscado durante toda mi vida estaba a mi lado, mis sueños de la imagen perfecta, a mi gusto, era como un regalo del cielo!…Tan cerca y tan lejos…

FRENTE A MI VENTANA

Observaba plácidamente por mi ventana el vaivén de las ramas de los árboles, los pajarillos en su agitado vuelo, la vida pasar…. Sumida en mis pensamientos, en vivencias y aventuras me paralicé por horas a organizar el archivo de mis recuerdos. No me moví por largo rato, mi cuerpo se entumeció por la falta de movimiento hasta que respiré profundamente y me levanté para estirarme.

Recordando aventuras y estirando mi cuerpo con las manos extendidas hacia arriba me acaricié la piel por los costados y me sobé los senos. Para mi sorpresa mis pezones estaban rígidos. “Debe ser producto de haber reactivado la circulación”-me dije. Me fue placentera la sensación y me los acaricié con suavidad, me gustaba mucho sentirlos erectos y punzantes, “pero que pena no tener con quien compartirlos, quien me los acaricie con la lengua para darles calor”-pensé.

LA OTRA CHICA

Me encontraba en las fiestas de carnaval de mi pueblo.  Había olvidado la última vez que había participado de ellas.  Tenían atracciones muy distintas a las que recordaba.  Como los tiempos cambian… -pensé. Probé de todas aquellas sabrosas comidas típicas y golosinas.  Participé de todos los juegos y hasta gané premios. 

Por el altoparlante anunciaban constantemente visitar el área de las exhibiciones, hacia allá me dirigí, era lo último que me faltaba por ver…

VISITA INESPERADA

Era media tarde… Decidí pasar por la oficina de un viejo amigo para saludarle.  Su secretaria partió justo cuando yo llegué y en ese mismo momento él llegó.

“Que sorpresa tan agradable verte por aquí”-me dijo.  Hola, ¿cómo estás?-le respondí…

Se me acercó pero no me besó, no me abrazó ni me tocó.  Estaba saboreando goma de mascar y haciendo bombas, una le reventó en la cara, lucía no haberse afeitado en unos días y la goma se pegó de su vello facial.  Le ayudé a removerla.

NOCHE DE LUNA

En una noche serena, el cielo estaba despejado, conducía de regreso a casa y me deleitada con la vista al cielo hasta que extrañé la luna. La busqué y no la encontré.

Un caminante parecía buscarla también porque lo observé mirando al cielo. No me pude contener y detuve el auto para preguntarle, ¿Buscas la luna, adónde se metió? El hombre primero reaccionó con sorpresa y me observó, pero me respondió: “Hoy es noche especial de luna, tenemos Súper Luna de Perigeo¹.” “Lo sé, por eso la ando buscando”-le respondí. “¿La ves, yo no la encuentro?”-le pregunté. “Debe estar hacia el este y desde aquí no se ve, es temprano todavía”-añadió. “Eso debe ser. ¿Quieres ayudarme a buscarla?”-le pregunté. “Pues sí, no me la quiero perder”-y se montó conmigo.

ANGEL PROTECTOR

Formaba parte de un grupo de modelos que participaba en la promoción un licor. Ésta en particular era la celebración el cierre de verano en una de las playas más concurridas del país. Se esperaban miles de asistentes.

Era un ambiente desenfrenado, enfermo, ruidoso, lujurioso, cuerpos semidesnudos y de ebriedad rampante. No puedo negar el haberme sentido amedrentada por las masas, pero era mi trabajo. Mi refugio era el promotor y encargado de la promoción de la bebida; Frank, mi ángel protector. No lo perdía de vista ni él a nosotras, a mí particularmente me provocaba una sensación de seguridad tenerlo cerca. Se caracterizaba por proteger a las modelos y nos trataba muy bien. Era amable y cariñoso, muy comprometido con su trabajo y con nosotras.

PAREJA DISPAR

Hoy fue un día como cualquier otro, ni mejor ni peor, más de lo mismo….

Caminé hasta la estación del tren y lo abordé. Estaba repleto como de costumbre a esa hora de la tarde. Se acercaba el invierno, ya oscurecía más temprano... Me senté junto a la ventanilla y miré hacia fuera sin observar, para perder mi mirada en el vacío. Mi vida se había convertido en una rutina y me preguntaba si valdría la pena…

Un caballero interrumpió mis pensamientos para preguntarme si el asiento contiguo esta ocupado. “No señor, se puede sentar.” Y volví a perder mi mirada en la nada…

LECTURA DE DERECHOS

Iba conduciendo un poco más rápido de lo que el nivel de velocidad estipulaba en esa zona. Hice un viraje a la derecha para tomar un desvío y me topé con un oficial de seguridad. Éste me miró detenidamente y con seriedad. Reduje la velocidad y continué la marcha. El oficial continuó mirando mi auto y eso me provocó inquietud, mi auto tenía todos los permisos al día. La inquietud se convirtió en curiosidad y retrocedí. ¿Algún problema con mi auto oficial?-le pregunté. “Reduzca la velocidad y conduzca con cuidado”-me respondió. “Así lo haré señor oficial” respondí y continué la marcha. Aunque fue una muy breve conversación la que sostuvimos, observé detalles que saltaban a la vista. El oficial era bien joven, alto, musculoso y parecía que su uniforme lo llevaba pintado al cuerpo. Sus ojos, misteriosamente escondidos tras unos lentes reflectores.

¡BRAVO MAESTRO! II (ROSAS BLANCAS PARA EL MAESTRO)

TE RECOMIENDO QUE LEAS PRIMERO "BRAVO MAESTRO"


Por compromisos de trabajo tuve que viajar nuevamente. Preparé todos los documentos, folletos, contratos, cuentas, estadísticas, en fin, todo lo necesario para hacer una buena presentación y completar todo de golpe y porrazo. Como había preparado los documentos a tiempo me dediqué a hacer un trabajo de investigación especial con fines personales…

Visitaría nuevamente la ciudad donde había conocido a aquel maestro del piano que marcó mi recuerdo. “Esta vez voy a jugar mis cartas de otra manera a ver si lo atrapo.”-pensé.

¡BRAVO MAESTRO!

Me hospedaba en un hotel por concepto de un viaje de negocios. Inadaptada a los cambios de hora tenía dificultad para conciliar el sueño.

Bajé al vestíbulo del hotel y llegué hasta el salón de música. Estaba prácticamente vacío. Se encontraba un artista tocando el piano. Me le acerqué sigilosamente para observar sus manos acariciar las teclas. Me hipnotizaba su destreza, su ligereza en los dedos, su concentración. Deslizaba sus dedos por el teclado con rapidez, con determinación. Tocaba melodías que yo conocía pero de la manera más hermosa que las había escuchado. Me sentí romántica, melancólica deseaba atención y compañía. Me recosté sobre el piano para sentir la vibración de las cuerdas. Las sentía por todo mi cuerpo, por dentro y por fuera, me excitaba su destreza…

DOS POR UNO

Era sábado y entraba la noche, iba transitando por una avenida interminable, repleta de semáforos, mucho tráfico.  Estaba aburrida, conducía sin rumbo…  Me detuve en una luz roja y miré hacia el lado.  El conductor contiguo hizo lo mismo.  Lo miré y continué mi camino…

En el próximo semáforo se repitió la dinámica y otra vez y otra vez…  Lo miré con sensualidad y se sonrió.  Volvió a cambiar el semáforo y avanzamos.  Observé por el espejo retrovisor que buscaba entre los autos de detenerse al lado mío y lo logró.  Me hizo un saludo con la mano y yo le sonreí y continué la marcha.  En el próximo semáforo bajó la ventanilla y me peguntó: “¿Hacia dónde vas?” “¿A dónde me invites?” –le respondí, “Sígueme” –dijo. …Y eso hice…

LABIOS COLOR CARMÍN

Recibí una invitación para un cóctel en un área exclusiva de la cuidad. Era una actividad de mucho prestigio, más un honor el ser invitado. Me preparé temprano, me puse un vestidito negro en seda muy corto, nada de ropa interior y me pinté los labios color carmín.

Llegué a la dirección del cóctel, por fortuna a tiempo. Un ujier me llevó de la mano y anunció mi nombre al llegar a la escalinata central de aquella majestuosa residencia. “Démosle la bienvenida a la señorita Leila”-anunció y todos me saludaron. Se repetía esa dinámica cada vez que llegaba un invitado.

NOCHE DE COPAS

Un antiguo jefe me encontró a través de una red social y me citó a su apartamento para tomar unas copas.  Teníamos que ponernos al día de todo lo ocurrido en nuestras vidas desde que dejamos de trabajar juntos.

Él, más que un jefe fue un compañero de trabajo y un buen amigo.  Compartíamos mucho en común aunque era extranjero y tenía otras costumbres.  Siempre me atrajo, pero nunca se lo dejé saber.  Nunca supe si lo notó.

BORRÓN Y CUENTA NUEVA

“El algún momento en el curso de la vida todos hemos vivido un desamor, de un abusador/a, el adorno en la vida de un ser aplastante mal agradecido, quien hizo trizas nuestros sentimientos, sacrificios y amor. Ánimo que ya pasó, caminemos con la frente en alto porque sobrevivimos. Querámonos más. Hagamos de ese martirio una escuela y con orgullo celebremos nuestra graduación de la Universidad de la Vida.” 
Artemisa©
2011

POP CORN (palomitas de maíz)

En una calurosa tarde de verano, con la temperatura por las nubes opté por ir al cine para refrescarme aunque fuera sólo por un rato. 

Estaba haciendo turno para entrar al cine. Después de unos 30 largos minutos de espera bajo el candente sol todavía no había decidido que película ver. Cinco o seis turnos antes del mío había un chico que constantemente se daba la vuelta para mirarme. Llegó mi turno para seleccionar la película y sin pensarlo mucho pagué para ver la misma película que escogió el chico que me miraba. Caminé detrás de él guardando distancia, lo seguí hasta la sala de proyección, esperé a que se ubicara y me senté a su lado. 

CONTRATADA

Me levanté temprano para prepararme para una entrevista de trabajo. Indecisa de qué vestir; seria y sobria o juvenil y liviana. Preferí hacer una mezcla de estilos para crear impresiones mixtas. Me interesaba mucho este trabajo, la compañía era una de mucho prestigio y era un reto que me había establecido. Tenía la educación, la experiencia, pero sobre todo las ganas de lograr ese empleo.

Llegué a mi destino. Entré por la puerta de aquellas oficinas con determinación y seguridad. Me presenté y me guiaron hasta la oficina del director de la empresa, el cual no se encontraba en ese momento en la oficina. Me invitaron a sentarme, me puse cómoda y lo esperé. En pocos minutos se presentó el señor Roberto Gutiérrez. Me tendió la mano y con delicadeza y suavidad encerró mi mano entre las suyas. “Usted debe ser la señorita Aurora Martínez”-dijo. “Sí, señor Gutiérrez. Encantada de conocerlo”. Nos cambiamos a un salón de conferencias y comenzó la entrevista.

A GRITO PELADO

Era el campeonato de la serie final.  Teníamos que ganar ese partido y lograr el trofeo anhelado.  Las gradas estaban repletas.  Todos vestidos de azul en señal de apoyo.

Salí muy tarde del trabajo, todos mis amigos ya habían llegado al partido, pero tenía que ser testigo de la victoria de nuestro equipo.  Apretujada entre fanáticos y ensordecida por los vítores logré acomodarme en las gradas.  Tenía a mi lado un grupo de estudiantes con las caras pintadas del color de nuestro equipo.  Todos estaban ebrios, sudorosos, pero su energía era contagiosa.

Nuestro equipo ganaba por una gran ventaja, era una era emoción indescriptible.  Era seguro que ganaríamos el partido.  Nuestro primer trofeo en 17 años, “¡adelante equipo!” –gritábamos todos.

SED

Tenía deseos de ejercitarme y salí a dar una caminata.  Era un encantador día de primavera.  El cielo azul muy claro, brisa fresca, los árboles florecidos, me sentí en contacto directo con la naturaleza.

Pasaba todos los días por la misma carretera.  Siempre veía a este hombre forzudo y buen mozo en los alrededores de su casa.  Era tanta la frecuencia con la que nos veíamos que ya nos saludábamos con la cortesía de buenos vecinos.

Ese día durante mi caminata pasé por la misma carretera de todos los días y para mi sorpresa allí estaba él limpiando su auto.  Nos saludamos con un simple “hola, buenas tardes” y continué mi caminata.

SEXO SILENTE

Tenía mucho trabajo de investigación y opté por visitar la biblioteca para poder concentrarme mejor y utilizar sus recursos.

La biblioteca estaba prácticamente vacía, mejor ambiente para mí.  Entendí que el uso del internet era más práctico que leer un libro pero yo necesitaba estar allí.

Estaba ahogada entre libros, ya estaba agotada pero me faltaba mucho por terminar.  Levanté la vista para descansarla y tropecé con la mirada insistente de un hombre sentado a la mesa frente a la mía.  Hizo un gesto de saludo con la cabeza y me sonrió.  Le sonreí y continué con mi lectura.

TENTACIÓN

"TENTACIÓN", AHORA CON FINAL ALTERNO


Nos conocíamos desde hacía muchos años.  De hecho, tuvimos una relación 10 años atrás pero nunca perdimos nuestra amistad.  Aún conservando ese vínculo amistoso nunca volvimos a tener intimidad.

Asuntos personales lo obligaron a mudarse.  Le refugié en mi casa y preparé una habitación para él. Pensé que dormir separados era lo mejor para evitar vulnerabilidad.

ADIÓS

Ese día el centro comercial estaba repleto.  Era hasta difícil caminar por los pasillos.  Después de hacer mis compras me fui a disfrutar de un café.  Todas las mesas estaban ocupadas y no tuve otra opción más que solicitarle a un joven si podía compartir la mesa conmigo.  Accedió muy gustosamente.

Se presentó muy cortésmente, “mi nombre es Javier”; “mucho gusto Javier, yo soy Aurora”, le respondí.

¿BAILAS?

Me apetecía bailar, sentir que la música me calentara la sangre, mover las caderas, sudar…

Visité el club de moda a la media noche. De seguro encontraría pareja para bailar entre tanta gente. Una vez que entré caminé como mejor pude para identificarme con el ambiente y buscar un buen bailarín, que estuviera solo y que luciera atractivo.

SUBE EL VOLUMEN

Mi presencia no era permitida durante las prácticas de la banda.  Pero ese día me dio la oportunidad de estar allí. Estaba viviendo el momento.
La banda estaba tocando muy alto. Cada nota fluía en mi… 

Mientras la banda tocaba yo baila por aquí y por allá, libre como una mariposa.  Adoro esa sensación.  Podía oler la testosterona en aquel salón lleno de hombres dando el máximo.  Estaba hipnotizada por el ritmo y para mi de hipnotizada a excitada era un paso muy sencillo.

EFECTOS SECUNDARIOS DEL CAFÉ

Después de un día cargado de trabajo, cientos de llamadas, presión y sentir que estaba caminando por callejones sin salida, había perdido toda esperanza de terminar bien el día. ¡Deseaba que se acabara pronto!

Recibí la llamada de una persona especial y acordamos encontrarnos para tomar un café.

PÍNTAME

Trabajaba en mi taller de pintura.  Me sentía inspirada, estaba lista para crear algo espectacular, lo podía sentir… Preparé la atmósfera; una copa de vino, música y mi ropa vieja marcada por otros días de inspiración....



Comencé con los contornos de mi pintura, sombras, azules, anaranjadas…sin embargo sentí que algo faltaba así que tomé otro sorbo de vino y observé mi trabajo. La música era bien intensa, el vino llegó a mi cabeza y me encontraba pintando con demencia, sin control.  Me sentía sensual, excitada, erótica…  Sensaciones difíciles de explicar estaban saliendo de mi alma.  Estaba en el punto máximo de mi trabajo cuando escuché que tocaban a la puerta. No era el mejor momento para recibir visitas considerando la etapa de inspiración en la que me encontraba, pero de ser un cliente lo tenía que atender.

"AQUÍ Y AHORA"



Mi auto se averió en medio de la autopista.  El camión de arrastre se hizo cargo.  Llamé a mi querido amigo y mecánico personal Gil para que lo reparara lo más pronto posible.


Tres días después Gil me llamó para informarme que el auto ya estaba reparado.  Tomé un taxi para recogerlo y pagar por sus servicios.

¿DÓNDE PODEMOS HACER EL AMOR?


Nos conocimos por coincidencia en el estacionamiento de un centro comercial.  Se me cayó un bolso al suelo, lo recogió, se lo agradecí y continué de camino a mi auto.  El me siguió y me invitó a almorzar. Tenía mucha hambre y acepté.


Lo seguí en mi auto, llegamos al restaurante y esperamos por una mesa.  Se presentó, de igual manera yo lo hice.  Esto era una experiencia nueva para mí, pero que más da, yo era soltera y no tenía nada más que hacer.

CIEN BIEN MERECIDOS


Decidimos jugar a la ramera… coordinamos para que me recoguiera en el bar de un hotel.  Estaba vestida de negro, ropa interior de encaje, tacones altos y maquillaje bien marcado…


Fuimos a una habitación en ese mismo hotel.  La decoración era roja con acentos dorados.  Un poco pesada y barata pero perfecta para nuestro juego.


Me quise duchar y me seguió hasta el baño.  Abrí su correa, desabotoné su camisa y dejé caer sus pantalones…

VIAJE EN MOTO


Estaba en el vestíbulo de mi edificio tomando aire fresco.  Un vecino recibió la visita de un amigo en motora; pude escuchar la conversación…  le preguntó a mi vecino si lo acompañaba a correr y él le respondió que tenía muchas cosas que hacer, que ese día no.  No pude contenerme y le pregunté si quería compañía porque yo estaba disponible.  Se miraron uno al otro y mi vecino dijo: “Me salvaste” y se despidieron.


Me monté en su motora muy confiada como si lo conociera.  Miró hacia atrás y me preguntó mi nombre, “Sara” -le respondí.


Me sujeté de él con las manos cruzadas en su pecho. A ratos acariciaba su pecho
 y su cintura.  Me estaba divirtiendo muchísimo, viviendo una nueva aventura. Era una mezcla de emociones…libertad, peligro, adrenalina…

E HICIMOS EL AMOR


Me encotraba en un bar sola y aburrida.  Miré al extremo opuesto de la barra y mi vista captó un guapo y solitario hombre...  Me aseguré de que estuviera solo y decidí acercármele.


Caminé hasta él y esperé a que notara mi presencia.  Se sorprendió por mi insistente mirada.  Me sonreió y le devolví la sonrisa… Me ofreció un trago y lo acepté.  Comenzó a dialogar y yo simplemente hacía gestos con mis ojos.  Le seguía mirando insistentemente.  Me preguntó que quería de él y le respondí de manera parca y tajante: “te quiero a ti”.  Me miró fijamente a los ojos por unos segundos y me preguntó si estaba lista para partir.  Mi respuesta fue simple y clara:  una guiñada acompañada de una pícara sonrisa….

NO ESTÁS SOÑANDO


Tuve una pesadilla en medio de la noche.  Desperté asustada y ansiosa.  Me mortificó que mi sueño se interrumpiera y no me podía volver a dormir.


Sabía cual era mi antídoto para el desvelo…

DE PASEO POR EL VIEJO SAN JUAN


Después de muchos años de no habernos visto, finalmente voló a Puerto Rico para visitar a su familia. Sacó tiempo para mí y decidimos encontramos para dar un paseo por el Viejo San Juan…


Fue mágico volver a verlo.  Había perdido algo de cabello, ganado unas libras pero se veía hasta mejor que antes.  Evolucionó como un buen vino.


Caminamos sin rumbo… Muy felices de estar juntos!


Durante el paseo se me acercó varias veces a besarme, breve y suavemente. Como había extrañado esos besos!

VEINTE AÑOS DESPUÉS


Como vuela el tiempo, parece que fue ayer que nos graduamos de escuela superior... Y allí estábamos todos juntos veinte años después.   Llegué a la fiesta e inmediatamente avancé por el camino del recuerdo, pensé en la vida de todos nosotros hace 20 años, la que creía olvidada, sentí nostalgia...La alegría, exitación, el amor fraternal se percibían en el ambiente.  Me sentí muy feliz de ver viejos compañeros, viejos amigos, maestros; pero cuando lo vi a él me sentí major aún!


Han pasado veinte largos años, y  sí, habíamos conversado de cuando en cuando, pero verlo, eso para mí era otra cosa!  Le tomé la delantera y caminé hacia él.  Estaba sentado de espaldas, lo abracé, acaricié su pecho y muy lentamente viajé por su cuello disfrutando de su fragancia y le susurré al oído muy sueve y eróticamente “hola”.  Se viró hacia mí un poco confundido y sorprendido y me respondió de igual manera con un cálido “hola” y sonrió.

¡UN GOL!


Era domingo en la tarde y él estaba mirando deportes en la tv, yo estaba aburrida.  Necesitaba encontrar la manera de llamar su atención porque me apetecía jugar él…


Me tomé el tiempo de irme a la ducha y me rasuré muy bien.  Una vez terminé caminé hacia él vistiendo una camisa de dormir transparente.  No llevaba nada debajo, sólo una vagina suave y hambrienta.